La desgravación de los cueros bovinos puede tener implicancias mayores a las aparentes

La reducción a cero de la ventas externas del principal subproducto de la faena es una medida auspiciosa. Sin embargo, en un mercado mundial fuertemente depreciado, la incógnita es que ver qué poder de compra le da a los exportadores y cómo se distribuye un margen mayor entre los eslabones de la cadena.
Por la misma resolución que bajó los DEX de diversos productos agrícolas y subproductos (soja, maíz y trigo entre los principales) y eximió totalmente a ciertos productos llamados regionales, también se benefició la exportación de todo tipo de cueros vacunos (salados, wet blue y procesados) con la baja a cero de esos impuestos a las ventas externas.
Tal impuesto era del 5% en el caso de los cueros.
La fuerte depreciación que ha tenido el precio del cuero en este siglo en todo el mundo sumado al derecho mencionado, que era relativamente bajo, pueden hacer pensar que el efecto de la medida podría ser no demasiado importante.
Sin embargo hay un aspecto que habrá que ver cómo funciona en la práctica.
Se trata del cargo fijo que se aplicaba a la exportación de cueros salados y wet blue, que consideraba la diferencia de precios entre el mercado local y el de Chicago, que siempre fue muy grande, y que sólo servía como una fuerte protección a la industria curtidora.
Eximidas ahora de ese cargo las exportaciones de los cueros en sus dos primeras etapas industriales, habrá que ver qué poder de compra le da a los exportadores y cómo podrá repercutir en el mercado interno.
En caso de que sea importante, influirá en el precio de los cueros frescos y, a su vez, en el recupero que las plantas de faena pagan a sus usuarios o al crédito que le queda al frigorífico.
Esto podría aumentar el margen entre el precio de la hacienda y el precio de la carne al público. La incógnita será ver cómo se distribuye ese mayor margen entre los distintos eslabones de la cadena, que va del campo al mostrador.
FUENTE: Valor Carne