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Se abre espacio para diálogo entre Lula y Trump sobre aranceles que afectan a la carne brasileña

El breve encuentro entre Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump en la Asamblea General de la ONU tuvo detrás una activa gestión empresarial.

Según Folha, Joesley Batista —socio de J&F Investimentos y accionista de JBS— se reunió con Trump tres semanas antes en la Casa Blanca para plantear la eliminación del arancel de 50% (10% global y 40% para Brasil) que afecta a la carne bovina brasileña. En la reunión, de unos 30 minutos, defendió que las diferencias comerciales podían resolverse con diálogo directo entre gobiernos.

Batista no es un actor ajeno a la política: su grupo ya había tenido relación con Trump a través de Pilgrim’s Pride, filial de JBS en EEUU, que aportó US$ 5 millones a su investidura, la mayor donación corporativa de ese proceso. Además, JBS viene de anunciar una inversión de US$ 800 millones en su negocio avícola norteamericano. Por otro lado, mantiene cercanía con Lula a través de su peso en el agronegocio brasileño.

La gestión de Batista coincidió con misiones empresariales más amplias, como la encabezada por la CNI y Amcham, que en setiembre llevaron más de 130 ejecutivos a Washington para negociar con legisladores republicanos y asesores del presidente estadounidense.

El sector confía en que el gesto político visto en la ONU sea la antesala de una reunión formal que abra el camino a exenciones para la carne vacuna y a un mayor entendimiento en la relación bilateral.

El acercamiento Trump-Lula le pegó al mercado estadounidense

El mercado de carne importada en EEUU se mostró más tranquilo. La baja en los precios de cortes de rueda y delanteros en el mercado doméstico puso un techo momentáneo a los valores, frenando la demanda de importado, en particular desde Australia.

“Se nota un desacelere en los pedidos; apareció más oferta doméstica, más barata, y eso le puso un límite al precio del producto importado”, explicó un trader a World Beef Report (WBR). El diferencial en cortes como nalga, bola de lomo y delanteros destinados a la molienda hace que los compradores prefieran esperar antes de tomar nuevas posiciones.

De fondo, los fundamentos se mantienen sólidos: oferta estructuralmente limitada y una demanda que da señales de firmeza por cambios de tendencia en el consumo de proteínas. “Podrás tener semanas más lentas, pero la tendencia de largo plazo sigue apuntando hacia arriba”, sostuvo la fuente.

Asimismo, el contexto político también tuvo su peso en la tónica del mercado en la última semana. Rumores de un acercamiento entre Trump y Lula alimentaron la especulación sobre una eventual rebaja de los aranceles a Brasil.

“Hasta hace poco parecía imposible, ahora se abrió una ventanita. Yo no lo veo probable, pero con Trump todo es impredecible”, comentó el operador.

En este escenario, los importadores optan por la cautela: esperan ver si el mercado doméstico ofrece más volumen en las próximas semanas y si el frente político despeja el camino para un regreso de Brasil al mercado estadounidense sin la sobretasa del 40% que se aplicó exclusivamente al país sudamericano, la que se suma al 10% global y al 26,4% de operar fuera de cuota (la cuota den la que opera Brasil este año se completó en enero) con lo que la tasa efectiva queda en 76,4% para el producto brasileño.

FUENTE: Folha / O Tempo / Faxcarne