Exportación de carne: oportunidades globales, límites productivos y un modelo que necesita más hacienda
La industria exportadora de carne atraviesa una etapa de reconfiguración. A diferencia de otros momentos, el problema ya no es vender, sino producir lo suficiente para abastecer múltiples mercados en simultáneo. “Nuestro problema es la materia prima local que no tenemos y no veo inmediatamente posibilidades de recuperación”, advirtió Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC.
Esa restricción estructural obliga a replantear prioridades. En el corto plazo, el crecimiento no vendrá por un aumento del stock, sino por mejoras en eficiencia y productividad. “Lo más inmediato sería tratar de ganar kilos antes de ganar cabezas”, explicó Ravettino, en referencia a la necesidad de agregar peso por animal como estrategia defensiva.
El contexto económico, según el dirigente, ofrece una ventana poco habitual: “Hoy el productor tiene la rentabilidad que viene reclamando desde hace mucho tiempo, así que sería la oportunidad de invertir”.
China: volumen asegurado, precios definidos afuera
China sigue siendo el principal destino de la carne vacuna argentina y el mercado que mayor volumen absorbe. Pero también es el que marca las reglas del juego. “Son los primeros y grandes importadores del mundo, así que indudablemente el precio lo ponen ellos”, afirmó Ravettino, dejando en claro la asimetría de negociación.
En ese marco, los valores actuales muestran cierta estabilidad dentro de cada segmento de producto, determinada por la competencia entre países exportadores.
La mejora de rentabilidad, entonces, no pasa tanto por el precio, sino por optimizar el mix exportador. Allí aparece un punto crítico: la aprobación del protocolo de menudencias. “Eso nos daría un plus importante de una parte de la rentabilidad que hoy se queda en Hong Kong, porque la mercadería entra por el canal informal”, explicó. El acuerdo técnico con la aduana china (GAC) está prácticamente concluido y su definición depende ahora de una decisión política.
Estados Unidos: acceso preferencial y reasignación de volúmenes
El mercado estadounidense se consolida como una de las oportunidades estratégicas más relevantes para la carne argentina. El nuevo esquema permitirá exportar 100.000 toneladas, con 80.000 toneladas libres de arancel y 20.000 con un arancel del 10%. “Es el único mercado arancel cero que tenemos”, remarcó Ravettino, subrayando su valor diferencial frente a otros destinos.
El cupo incluye una amplia variedad de productos: cortes de calidad, músculos, trimming para hamburguesas y otros ítems industriales. En términos de volumen, el dirigente descartó riesgos de incumplimiento. “Si terminamos este año exportando 700.000 toneladas, esas 80.000 toneladas están cubiertas”, aseguró.
No obstante, el acceso preferencial tendrá efectos colaterales. Dado que no habrá un aumento inmediato de la producción, parte de ese volumen deberá reasignarse desde otros mercados. “No hay ninguna duda de que falta producción. Al ser el único mercado arancel cero, va a salir de otros destinos”, reconoció, con China como principal candidato a resignar participación.
Salvaguarda china: el riesgo de un nuevo techo comercial
A la ecuación exportadora se suma la investigación por salvaguardia iniciada por China, que podría modificar las condiciones de acceso. Ravettino anticipó que el escenario más probable es un sistema de cuotas por país, basado en el historial exportador. “Dentro de la cuota se mantendría el arancel actual del 12% y fuera de la cuota podría subir al 20 o 25%”, explicó.
De confirmarse ese esquema, el desafío será sostener competitividad dentro del cupo asignado y evitar que los mayores aranceles fuera de cuota erosionen márgenes en un mercado clave.
Retenciones: una distorsión que limita competitividad
En el plano interno, las retenciones a la exportación de carne siguen siendo uno de los principales factores que afectan la competitividad del sector. Ravettino fue categórico: “Coincidimos con el gobierno en que es un impuesto distorsivo y que se va a sacar”.
Si bien reconoció que el contexto de alta demanda interna y precios firmes posterga definiciones inmediatas, sostuvo que el consenso técnico está construido. “Es un reclamo permanente nuestro y creemos que el año que viene debería resolverse”, afirmó, dejando en claro que la presión fiscal termina desincentivando inversión y producción.
Más allá de los grandes destinos tradicionales, la demanda internacional se vuelve cada vez más segmentada. En ese escenario, el negocio halal aparece como una oportunidad transversal. “Cuando pensás en halal pensás en países árabes, pero hoy hay más musulmanes en Europa y en Estados Unidos que en los países árabes”, explicó Ravettino.
La clave, señaló, está en entender al consumidor final más que al país de destino. Sin embargo, volvió a aparecer el límite estructural: la falta de hacienda impide aprovechar plenamente esa diversificación. “Estamos trabajando en todos los mercados, pero no tenemos materia prima”, resumió.
Europa y trazabilidad: cumplir sin sobrecostos
Finalmente, Ravettino aclaró el alcance de los requerimientos europeos en materia ambiental y de trazabilidad. En ese punto, explicó el rol del sistema Visec Carnes. “No es una certificadora. Cumple la función de debida diligencia entregando la documentación que la Unión Europea exige, de forma gratuita para el productor”, precisó.
A diferencia de los esquemas privados de certificación, el sistema Visec permite cumplir con el reglamento europeo sin costos adicionales, ya que “la Unión Europea no exige certificación, exige documentación”.
FUENTE: Valor Agregado Agro