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Estados Unidos: la paradoja entre una demanda récord y una oferta limitada de carne vacuna

La demanda de carne vacuna en Estados Unidos atraviesa un momento excepcional: precios en alza y consumo sostenido se enfrentan a una oferta interna reducida, lo que ha impulsado un incremento de las importaciones.

Preferencia de los consumidores

La tendencia ascendente de los precios de la carne bovina ha llevado a los expertos a considerar que el principal motor de esta evolución radica en el impulso de una demanda excepcional.

Un informe de COBANK, reproducido por Beefsite, señala que tras la pandemia de COVID-19 los consumidores cambiaron sus hábitos, priorizando el acceso a productos de lujo en el hogar frente al gasto en servicios.

En el caso de la carne bovina, especialmente los cortes premium, esto se traduce en la decisión de adquirirlos para comer en casa, a una fracción del monto que supondría su consumo en un restaurante. Por otro lado, se advierte una clara preferencia por éstas respecto de otras carnes, aun cuando su precio es dos veces superior. Como es el caso del pollo.

En este orden, ha habido una modificación importante en la percepción sobre los beneficios nutricionales de la proteína animal, y en particular de la carne bovina, lo que se ha ido fortaleciendo en los últimos años.

El consumidor estadounidense cuenta con acceso a carne de alta calidad a precios relativamente accesibles a su poder adquisitivo, lo que explica un volumen de compras consistente.

La industria produce hoy un producto muy distinto al de hace 30 años: el 87% del total es tipificado como Choice o superior, y por primera vez la carne Prime superó a la Select. Este cambio obedece a mejoras genéticas, que han permitido obtener reses con mayor veteado de grasa, atributo clave para el sabor.

Restricciones de la oferta

Esta demanda firme se enfrenta a una oferta con serias limitaciones.
En julio de 2025 el stock de bovinos alcanzó a 94,2 millones de cabezas, el nivel más bajo en 75 años. La producción de carnes bovinas de 2025 se ha proyectado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en 11,8 millones de toneladas, 4% menos que en el año precedente y tendría un nuevo retroceso en 2026.

A esta merma estructural, se sumaron sequías que redujeron la superficie de pastoreo y un productor promedio de edad avanzada, lo que preocupa a entidades rurales y autoridades por la sustentabilidad del sector. La escasez de hacienda elevó el precio de los terneros a un récord histórico, ralentizando la recomposición del rodeo.

A la situación interna se suma un factor externo: el incremento de casos de gusano barrenador del Nuevo Mundo en México, que llevó a las autoridades sanitarias a cerrar la frontera, impidiendo así el ingreso de hacienda de engorde, que habitualmente representa la mitad de las importaciones de hacienda en pie, equivalentes al 3% de la oferta estadounidense.

Pese a este escenario crítico, la demanda sigue siendo excepcional.
Para el año 2025, se prevé un aumento en los valores de la hacienda -novillo y para engorde- superior al 20%, con niveles inéditos en la historia.

La evolución ascendente del valor de la hacienda se trasladó a los precios al consumidor. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., los precios minoristas de carne fresca aumentaron un 9% anual, con un promedio cercano a los 20 dólares por kilo, sin que ello haya desestimulado el consumo.

Frente al encarecimiento, los hogares optaron por cortes más económicos y carne picada, lo que impulsó la demanda de importaciones de trimmings bajos en grasa, esenciales para la producción de hamburguesas.

Como consecuencia, el Departamento de Agricultura proyecta un aumento del 14% en las importaciones de carne y ganado bovino para 2025.

Precios en supermercados

Los valores de los cortes en supermercados, principal canal de abastecimiento, reflejan claramente el excepcional momento del mercado. Incluso con precios elevados en términos históricos, los cortes vacunos siguen resultando competitivos frente a carnes sustitutas como el pollo o el cerdo.

Conclusión

En síntesis, el mercado de la carne bovina en Estados Unidos atraviesa un escenario inédito, donde la for- taleza de la demanda contrasta con la debilidad de la oferta. Factores estructurales -como la reducción del stock ganadero, el envejecimiento de los productores y las limitaciones climáticas y sanitarias- configuran un panorama desafiante.

Sin embargo, el apetito sostenido de los consumidores, incluso frente a precios récord, confirma la centralidad de la carne vacuna dentro de la dieta estadounidense y anticipa que la dependencia de importaciones seguirá en aumento en los próximos años.

FUENTE: Informe Ganadero