Carne argentina a Japón
Ricardo Hara, empresario argentino-japonés y referente del vínculo bilateral, define su propósito -su ikigai según la cultura japonesa– como el de convertirse en un nexo confiable entre Argentina y Japón.
Descendiente de inmigrantes japoneses que llegaron al país en 1914, nacido y formado en Buenos Aires, Hara desarrolló una extensa trayectoria profesional conectada con ambos mundos. Trabajó casi tres décadas en Ishihara, compañía japonesa clave en la introducción de herbicidas que impulsaron la expansión de la soja en Argentina. En los últimos diez años se dedica a la consultoría y a la gestión de negocios orientados al intercambio entre ambos países.
En materia cárnica, destaca que Japón es uno de los mercados de mayor potencial para Argentina, aunque con una limitación central: solo importa carne proveniente de zonas libres de aftosa sin vacunación.
Por esa razón, hoy la exportación argentina hacia Japón se realiza exclusivamente desde la Patagonia, con Fridevi como proveedor. El volumen podría crecer fuertemente si el país obtiene el estatus sanitario requerido.
¿La reciente pérdida del estatus sanitario en un sector de la Patagonia encendió alertas? Hara confirma que desde su empresa siguen el tema de cerca y que el objetivo es sostener y ampliar la presencia de la carne argentina en Japón.
Señala que las autoridades están trabajando para resolverlo y subraya la importancia de la articulación público-privada. En ese marco, mencionó la creación de Nichia Shoji, empresa establecida en Japón para comercializar carne argentina y, a futuro, desarrollar producción local orientada al mercado nipón.
Misión Wagyu 360, octubre 2025
El ingeniero Hara relató los resultados de la misión “Wagyu 360”, un viaje inédito realizado entre el 19 y el 29 de octubre, íntegramente en español, para recorrer la cadena del Wagyu en Japón.
Participaron productores de Argentina, Uruguay, México, España y argentinos radicados en Emiratos Árabes. Durante diez días visitaron establecimientos ganaderos, carnicerías minoristas y restaurantes especializados, además de participar de un seminario junto al argentino Leandro Giantini, experto gastronómico en carne Wagyu.
Hara explicó que la iniciativa fue impulsada por el veterinario Abel Forlino, de Tandil, especialista en la raza y en la difusión de genética orientada a aumentar el marmoleo (marbling). Señaló que esta característica -propia del Wagyu japonés- es clave para mejorar la calidad y abrir nuevos mercados para la carne argentina, incluso incorporándola a razas como Angus o Hereford.
Aclaró también que la denominación Wagyu corresponde exclusivamente a animales criados en Japón, donde el concepto es una certificación de origen.
Durante la misión, el grupo visitó la prefectura de Gifu y probó la carne Hida, una de las variedades premium dentro del universo Wagyu.
Hara destacó el vínculo estrecho entre productores y animales, centrado en el bienestar y el cero estrés, sin prácticas extravagantes, pero con un cuidado extremo que impacta directamente en la calidad final. Remarcó además que cada prefectura japonesa promueve su propio Wagyu -como Kobe, Matsusaka, Omi o Hokkaido- con fuerte identidad local y una estrategia de márketing propia.
Hara explicó por qué la carne Wagyu es considerada la más premium del mundo: su alto contenido de ácidos grasos insaturados, especialmente oleico, genera una textura que “se deshace en la boca”. Debido a ese marmoleo, debe cocinarse apenas “vuelta y vuelta”, y consumirse en porciones pequeñas, de 100 a 200 gramos.
Subrayó que en Japón no se vende solo un plato, sino una experiencia completa, desde el corte y el fuego hasta la presentación, concepto que Argentina debería adoptar al exportar carne de alta calidad, aprovechando la fuerza de la “marca país” asociada al tango, el vino o el fútbol.
También mencionó valores culturales japoneses que influyen en la excelencia del Wagyu:
–Omotenashi, la hospitalidad y el servicio que superan las expectativas.
–Kaizen, la mejora continua.
–Monozukuri, la producción con espíritu artesanal aun en procesos industriales.
Tras el éxito de Wagyu 360, Hara adelantó que el objetivo es repetir la misión anualmente y sumar nuevas zonas productivas.
En cuanto a la proyección Argentina-Japón, Hara expresó su convicción de que el vínculo cultural y comercial puede crecer fuertemente. Considera a Japón la “ventanilla de Asia para entrada de productos de alta calidad”, donde superar los rigurosos estándares abre puertas automáticas a otros mercados.
Recordó que Japón es una sociedad altamente educada y exigente 90% de la población cuenta con con estudios terciarios, 90% es de clase media -solo 2% de pobreza-, por lo que ingresar con productos argentinos implica alcanzar previamente estándares muy estrictos.
Hara, que vive parte del año en Tokio y parte en Buenos Aires, resumió su objetivo en fortalecer ese puente estratégico: que la carne argentina de calidad conquiste a los consumidores japoneses y desde allí se proyecte al resto de Asia.
FUENTE: Informe Ganadero