Análisis de la capacidad instalada de la industria frigorífica argentina
En documentos oficiales y privados se coincide en general que la capacidad instalada de faena de la industria frigorífica argentina es de unas 16 millones de cabezas bovinas anuales.
Hace sólo dos años, en el 2023, la industria faenó sin problemas unas 14,5 millones de cabezas, en un contexto de liquidación ganadera a causa de la seca.
Para el año 2026 podría estimarse un sacrificio de 13,0-13,3 millones, un poco por debajo de los 13,5 millones faenados en el 2025, agravándose así los problemas de ociosidad en la industria.
En los últimos años, y especialmente en la industria exportadora, se han registrado cuantiosas inversiones para incrementar la capacidad de faena, de congelamiento, y de capacidad de cámaras, proceso que fue particularmente intenso en los años 2018-2019, período de importantes utilidades para la industria exportadora.
La mayoría de los frigoríficos están preparados para faenar más hacienda que la que faenan en la actualidad y muchas plantas han incrementado el número de habilitaciones para exportar a distintos países, especialmente para China e Israel. Más habilitaciones a diferentes mercados, planes de faena más ambiciosos.
Además, un número considerable de plantas medianas y grandes, con habilitación de SENASA y hasta ahora exclusivamente de consumo, vienen preparándose hace años para exportar, en la inteligencia que el negocio del consumo doméstico, así como lo conocemos hasta el día de hoy, con la faena de animales livianos y reparto de medias reses a carnicerías, es un negocio agotado, en el que es cada vez más difícil generar valor agregado.
Un número considerable de plantas consumeras, tanto en el GBA como en el interior, han venido realizando importantes inversiones y están aguardando hace tiempo que se las habilite en una primera instancia para embarcar a China o terceros mercados.
El aumento de la capacidad instalada de la industria, un negocio donde pesan decisivamente los costos fijos, agregado al fuerte aumento de la demanda internacional -en volumen y en precios-, aumenta el desfasaje entre la demanda de hacienda -especialmente por vacas y novillos pesados- y la declinante oferta interna de esas categorías.
“La industria está, los negocios de exportación están, pero el ganado disponible es insuficiente. Se presiona mucho sobre una oferta de novillos y vacas limitada y rápidamente el mercado se “recalienta”, superando los precios -en dólares- en el mercado de hacienda local, lo que el mercado internacional está dispuesto a convalidar.
Cada vez hay menos ganado, cada vez hay más demanda internacional; mientras, sigue creciendo la capacidad instalada de la industria frigorífica exportadora. Pero ningún empresario quiere bajarse del barco, menos ahora”.
Conclusión: la capacidad instalada de la industria frigorífica probablemente hoy se ubique en algún punto entre las 16 y las 17 millones de cabezas, esperándose para los próximos dos años una oferta ganadera declinante, sobre todo si entramos en algún momento en una fase de retención y de recomposición de rodeos.
La capacidad ociosa de la industria exportadora, que ha llegado a demandar en momentos recientes hasta el 35-40% del total del ganado para faena, se ha convertido en un factor esencial a la hora de explicar la firmeza de los precios del ganado.
FUENTE: Ignacio Iriarte – Informe Ganadero