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Industria frigorífica: buenos precios internacionales y recuperación del consumo interno

Gustavo Ingaramo, propietario de Frigorífico Recreo, dijo que tras un 2024 difícil la industria está trabajando con buenas expectativas en un contexto de precios altos históricos de la hacienda. Exportan a China, Estados Unidos, la UE y países de Africa, entre muchos otros.

-¿En qué condiciones está funcionando hoy la industria frigorífica en general y el frigorífico Recreo en particular?

-La industria exportadora no es lo mismo que la de mercado interno. Tienen exigencias sanitarias distintas y objetivos distintos. El mercado interno fue bastante afectado el año pasado por la fuerte recesión, pero desde hace varios meses se estabilizó y en los últimos dos dio señales de un pequeño repunte. Respecto del mercado externo, la industria en los últimos años, entre 2017 y 2023 para ubicarlo temporalmente, tuvo buenas condiciones para trabajar por el costo de la hacienda y los precios internacionales. Eso hizo que se ampliara la capacidad instalada en la Argentina de las plantas frigoríficas, porque el sector estaba funcionando bien.

-¿Esas condiciones cambiaron el año pasado?

-Sucede que la cantidad de cabezas de ganado que tiene Argentina sigue siendo la misma desde hace 50 años y con una mayor capacidad de las plantas para producir la consecuencia es que nos “peleamos” entre nosotros porque creció la demanda y no la oferta, En este contexto sucedió algo muy favorable para el ganadero que es la valorización de algún tipo de hacienda como la vaca y sobre todo la vaca de conserva, la que cumplió su vida útil en el campo, que ya hizo las reproducciones que tenía que hacer y que antes prácticamente no tenía valor. Los chinos la compran y por eso los ganaderos la venden a un buen precio. Sin entrar en la discusión sobre el precio del dólar, la realidad es que hoy la hacienda a valor dólar está muy cara, te diría que nunca tuvo a ese precio. Un novillo de exportación está por encima de los 2,30/2,40 dólares el kilo vivo y la vaca en 1,50 dólares, un valor que no era no era dable esperar. Lo que sucedió entonces es que la industria quedó en el medio, compra caro y tiene que vender a un precio que no fija el mercado que, debo decir felizmente, este año han subido lo que permitió convalidar los precios que le pagamos al ganadero. Pero la industria está ahí, no le sobra nada.

-¿El repunte del mercado interno tiene que ver con que en términos relativos el precio de la carne es más que el de una pizza o un kilo de tomates, por ejemplo, o tiene que ver con otras causas?

-Cuando tiene que alimentar a una familia, usted compra un kilo de carne y es un kilo de proteína que puede acompañar con un montón de cosas, con arroz, con una ensalada, con tallarines, con papa, con lo que sea. Pero es una gran fuente de nutrientes. No tengo nada contra los panaderos, pero por un kilo de bizcochos para el mate pagamos lo mismo que por un kilo de pulpa. El precio de la carne tiene, en general, una tendencia: aumenta de golpe, baja un poquito y ahí se estabiliza por mucho tiempo. Entonces, los primeros días o el primer mes después del aumento a la gente le cuesta, se queja del precio, pero después, cuando se da cuenta lo que cuesta una pizza, un kilo de helado, de tomate o lo que fuere, termina dándose cuenta de que al final en Argentina la carne, y sobre todo la carne vacuna, sigue teniendo un precio muy razonable.

-¿Cómo le va con las carnes sustitutas?

-El pollo ha venido creciendo sin parar, a punto tal que el año pasado por primera vez en la historia superó el consumo per cápita de carne vacuna. Este año se va a revertir eso, pero van a quedar cabeza a cabeza. Lo que hay que entender es que para producir un kilo de pollo se necesitan 45 días, para un kilo de cerdo 200 días y para un kilo de carne vacuna entre 700 y 800 días; por otro lado, una vaca da un ternero por año cuando lo da porque hay que ver el índice de parición, mientras que una cerda tiene dos pariciones y media por año y hoy con la genética una madre pare entre 30 y 32 lechones por año, todo esto sin tener en cuenta cuantos kilos de alimento se necesita para hacer un kilo de pollo, uno de cerdo y uno de carne.

-¿Le favorece a la carne la quita temporal de retenciones?

-Nos favorece. No obstante, estaba en un proceso similar al de los granos de quita progresiva de retenciones. Además, la carne que se exporta a China, que es alrededor del 70-75% del total ya no tiene retenciones. Lo que está gravado es lo que va a Comunidad Económica Europea y a Estados Unidos.

-De la producción del Frigorífico Recreo ¿Cuánto se exporta y cuanto venden en el mercado interno?

-En el sector de venta de carne vacuna exportamos entre el 80 y el 85% de la producción. Si le sumamos la línea de chacinados y la de rendering, donde producimos harina de carne y sebo industrial con lo que queda de la faena que también exportamos, hay un 65-70% del total de la producción que vendemos al exterior. El resto va al mercado interno. Hay frigoríficos que solo exportan, tienen plantas muy distintas a las de mercado interno y costos más elevados que hacen que no puedan competir contra un frigorífico que produce para el mercado local, que normalmente es de menor escala y tienen menos exigencias. Los costos para exportar son muy elevados por los controles de calidad, cuando se exporta un contenedor la cantidad de análisis que se hicieron previamente son un montón y tienen una incidencia muy importante sobre los costos que no sucede con la carne en el mercado interno. No quiere decir que este no tenga controles, los tiene pero no de esa magnitud.

-¿Exportan chacinados o solo van al mercado interno?

-No. Hay muy pocos que exportan chacinados y siempre en una escala muy baja y a los países limítrofes porque el chacinado es muy distinto en cada país, La carne es igual en todo el mundo sin embargo los chacinados en Rusia, por poner un ejemplo, son muy distintos. Ellos importan las carnes nuestras o de otros países para hacer chacinados con los sabores que ellos están acostumbrados a consumir.

-La compra de hacienda cíclicamente presenta problemas, hay que saber surfear ese negocio. ¿Hoy el mercado está estable?

-El año pasado tuvimos una sequía importante que incidió muchísimo sobre el ciclo reproductivo de las vacas porque se atrasan los rodeos. En estos meses hemos tenido buenas lluvias, estamos en un buen momento. Ahora, si llueve mucho por dos o tres días no podés aprovisionarte porque se hace imposible entrar a los campos.

-¿Ustedes compran hacienda a terceros? ¿Tienen campos propios?

-Producimos algo, pero la mayor parte lo compramos a terceros. Lo que exportamos a Europa lo compramos en los campos a productores ganaderos porque la Unión Europea no nos permite que la hacienda venga de las ferias, exige que sea del campo al frigorífico. Los chinos no tienen ese tipo de exigencias.

-Otra cuestión que también influye mucho sobre la actividad son las regulaciones del gobierno. ¿Hay hoy un marco más o menos de estabilidad y previsibilidad?

-Sí. Yo diría que este gobierno, por idiosincrasia y por lo que expresa, debería liberar todo, deberían bajar definitivamente las retenciones y yo pienso que va a ocurrir después de las próximas elecciones que considero que son de suma importancia. El gobierno de acuerdo a como le vaya intentará hacer los cambios que ellos mismos han expresado sobre las leyes laborales, previsionales e impositivas. Y también en el mercado cambiario, donde creo que en algún momento tenemos que ir a una libre flotación, que el dólar valga lo que tiene que valer.

-La mayoría de los industriales describen un contexto de dólar atrasado y aumento del costo de los servicios públicos que en algunos casos se multiplicaron por 4 o 5. ¿Como han manejado ese contexto? Porque no pueden ir a China a decirles a quienes le compran carne que ahora cuesta más porque la EPE aumentó las tarifas.

-La verdad que cuando llega la factura de la EPE es duro y trabajamos mucho sobre los costos. Suena duro escuchar lo que voy a decir, pero Argentina tiene una de las manos de obra más cara de Latinoamérica. ¿Eso es bueno o malo? Depende como lo miras. Nosotros competimos básicamente con Brasil que tiene la mitad de costo de mano de obra de Argentina, lo que nos pone en una situación de falta de competitividad. Un salario nominal de 100 pesos a la empresa le cuesta 150 y el trabajador se lleva 80 pesos, la mitad de lo que le cuesta la empresa. Ahora, si lo pensás en función del poder adquisitivo de la gente es mejor porque retroalimenta la economía.

-En los últimos 30 años ha sido impresionante el crecimiento de las empresas agroalimentarias de Brasil, algunas de ellas se han convertido en multinacionales líderes. ¿Por qué ellos pudieron hacerlo y nosotros no? ¿Por qué en Argentina ningún frigorífico pudo convertirse en un jugador grande?

-En ese tema tenemos que entrar en decisiones políticas nacionales. Brasil es un país que desde los años 60 siempre apoyó la producción. Brasil era más pobre que Argentina en los años 60. ¿Qué hizo? Siempre apostó a la producción de todo. Entre los años 86 y 88 los brasileros venían a comprar medias reses a Argentina y hoy producen muchísimo más que nosotros. Mejoraron su genética y hoy tienen una carne que no es igual que la nuestra, porque creo que la calidad de la argentina es muy buena, pero compite perfectamente en el mercado mundial. El gobierno le dio crédito a las industrias brasileras para que se expandan, inclusive para que vengan y compren acá las principales plantas argentinas. Eso es una decisión política. Hace 20 años vinieron del sur de Brasil a ofrecer que pongamos una planta allá, nos daban el terreno, nos financiaban la construcción con un crédito a 8 años a tasa LIBOR, y la exigencia era que teníamos que tomar todos los obreros de ahí de la zona, nosotros lleváramos el gerenciamiento. En Argentina siempre estamos luchando para que te den un crédito. Entonces hay unas diferencias que son tremendas, que no pasan solo con la carne. Cuando venis viajando desde Brasil ves sembrada soja por todos lados y cuando en Argentina no hay cultivos. La diferencia es que ellos no tienen retenciones y el productor vende la soja al precio lleno. Cobrará los impuestos y generará los recursos que necesita de otra manera. Nosotros tenemos el problema que a los que producen en Santiago del Estero o en Salta el costo del transporte al puerto los deja fuera del mercado.

-¿Hoy es rentable exportar, aún con el dólar atrasado, las tarifas?

-Estamos ahí, no sobra nada. Estamos en un momento de equilibrio. Te diría que en este momento nos salva los buenos precios internacionales, si se cayeron los precios internacionales estaríamos en serios problemas. En Argentina los buenos los mejores precios que se fueron consiguiendo en los mercados los fuimos trasladando todos al ganadero, que es el que hoy mejor está, no la industria. Ojo, en otro momento fue al revés.

-Supongamos que lo llama el ministro de Economía para preguntarle que cree se necesita para empezar un círculo productivo virtuoso ¿Qué le diría?

-Falta lo que hay en Brasil, una mentalidad industrialista porque no hay ningún país desarrollado que no tenga industria fuerte. El campo argentino es espectacular pero no es el que genera mano de obra. Genera divisas, pero al empleo lo genera la industria. Después vienen los servicios y el comercio. Cualquier pequeña industria tiene 8,10 o 15 empleados. Para los industriales, más allá de si tenemos o no una línea crediticia a una tasa razonable, esto porque por supuesto que ayuda tener una línea crediticia, lo importante es tener las cosas claras y saber que el gobierno quiere producir, que va a priorizar al que produce que al que no produce, que te va a ayudar con la infraestructura. A este lo votaron para que genere un cambio la gente, ojalá que tenga la posibilidad de hacerlo.

FUENTE: El Litoral