Martes, 10 Enero 2017

Signos de preocupación en el sector ganadero

Signos de preocupación en el sector ganadero

El último informe de CICCRA mostró caída de la producción en el año, pero también debilitamiento de la demanda por menor consumo y signos de una posible modificación del ciclo productivo con una mayor faena de hembras.

 

El último informe de la Cámara de industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) mostró los puntos de preocupación que está teniendo el sector, y que encuentran su raíz en el debilitamiento de la demanda que está sufriendo el sector.

El informe presenta los datos que posee la Cámara para el total de 2016, pero también hace énfasis en lo que consideran debe realizarse en el 2017 para posibilitar un crecimiento del sector. Con respecto a los datos para 2016, el cierre del año permitió contabilizar 11,804 millones de cabezas faenadas, lo que quedó por debajo de los registros de los tres años anteriores y muestra una caída del 2,9% en comparación con 2015.

Pero sobre ese promedio anual, los meses de noviembre y diciembre mostraron algunos cambios muy importantes. En primer lugar, la faena comenzó a crecer. Interanualmente, incluso, el crecimiento de la faena en diciembre fue muy significativo, ya que alcanzó el 10,2% de aumento con respecto a igual mes del año anterior.

Claro está, la base de comparación en ese caso era muy reducida, producto de las expectativas y de las propias medidas que se tomaron aquel mes. Pero el dato más relevante podría ser, sin embargo, otro: el porcentaje de hembras faenadas volvió a superar esta diciembre -al igual que noviembre, siempre según el informe de CICCRA- el 43%, lo que se considera el umbral para pasar de un ciclo de retención de vientres a uno de liquidación.

La combinación de aumento de faena y de porcentaje de hembras (que de hecho explican el 70% del total) estarían indicando lo que muchos analistas todavía no se animan a afirmar: que se estaría pasando de un ciclo de retención a uno de liquidación.

Para el sector primario en particular, el tema es motivo de complicación: y es que la caída en la faena en sí misma suele no ser vista como un problema cuando está asociada a un proceso de retención, ya que se justifica con la mayor producción que va a haber a futuro. El cambio en el ciclo, estaría indicando modificaciones en esas perspectivas. 

La cuestión de fondo

Al análisis deben agregarse dos variables que son esenciales para la explicación de qué es lo que está pasando. Las dos están expresadas en el informe de CICCRA. La primera de ellas refiere a la caída del consumo, y por tanto de la principal demanda que tiene la carne vacuna argentina. El consumo representó en 2016 el 91,8% del total de la faena. La caída en 4,1% en cuanto a consumo, representó una reducción muy importante en la demanda. Semejante caída en el consumo, resulta muy difícil de compensar con mayores exportaciones, máxime en un 2017 donde se espera un mayor volumen de faena.

El informe de CICCRA señala al respecto que “ante el volumen de producción esperado, para evitar la caída de los precios del ganado, será necesario duplicar las exportaciones. Este objetivo parece difícil de alcanzar, dado que si bien el reintegro reimplantado (3,5% congelado – 4,0% refrigerado) mejora las posibilidades de exportar, resultaría exiguo para lograr duplicarlas, por lo que debería ser 50% superior.”

Ahora bien, incluso si los reintegros fueran todavía superiores como señala CICCRA, el objetivo de duplicar las exportaciones no sería nada sencillo. Los datos de 2016 muestran un resultado peculiar con respecto a las exportaciones de la ganadería vacuna.

En el rubro carnes las exportaciones se incrementaron un 8% en volumen y un 8,2% en valores. Esto fue usado por el gobierno para promocionar en las redes sociales el aumento de las exportaciones de carne vacuna. Pero en el rubro menudencias el volumen cayó 9,5% y en valores 5,8%. En el total de estas exportaciones del complejo ganadero vacuno, carne y menudencias, el volumen sólo se incrementó un 0,2% interanualmente.

Exportaciones que no logran compensar la caída del consumo, expresan en definitiva que el precio que se paga por la hacienda no crezca. Y eso es lo que ocurrió durante los últimos meses. Esta es la segunda variable clave, y el informe de CICCRA da cuenta de ella: el precio del ganado en pie pagado en el Mercado de Liniers mostró el tercer mes consecutivo de caída. La caída en el mes de diciembre fue del 1,6% y en el trimestre lleva acumulada una caída del 8,1% en pesos.

La fase de retención de ganado está asociada a una expectativa de mejora del precio, en términos reales. El hecho de que el precio cayó los últimos tres meses, junto al debilitamiento de la demanda, en primer lugar por el menor poder adquisitivo de los consumidores y en segundo lugar por el abaratamiento relativo de la carne de cerdo, son los indicadores por los cuales, desde el sector están mostrando su preocupación.

FUENTE: El Enfiteuta

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