La carne argentina avanza en potencias asiáticas

Que China haya oficializado el ingreso a las carnes enfriadas y con hueso locales, es una buena noticia. Otra es la aceptación de Japón de regionalizar el país, habilitando la Patagonia. La importancia de estos acuerdos sanitarios y los desafíos para aprovecharlos.

En la última semana, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, firmó acuerdos que amplían el acceso de las carnes argentinas con dos potencias importadoras asiáticas.

En orden cronológico, selló con su par japonés el acceso de carnes vacunas y ovinas de la Patagonia (zona libre de aftosa sin vacunación) que estaría operativo a partir de un nuevo paso burocrático. Éste se daría a fines de julio, cuando el japonés venga a Buenos Aires para la reunión de ministros del área del G-20.

Luego, en China ratificó el acuerdo por el que ingresarán a ese mercado carnes vacunas con hueso y carnes enfriadas así como de opoterápicos (ciertos subproductos bovinos que se usan en la industria farmacéutica). Otros productos, como semen y embriones y carnes equinas quedarán para ser ratificados en la similar visita que hará el titular de la cartera china a la capital argentina, para la misma oportunidad.

De Japón

Con respecto al primer punto, la Patagonia tiene el 2% del stock bovino argentino y un número de plantas en condiciones de ser habilitadas para las que sobran los dedos de la mano para contarlas. Sin embargo, esto no impide considerar tal acuerdo como de suma importancia  estratégica. Es la primera vez que Japón acepta regionalizar la oferta de carne argentina. Y en vista del buen avance uruguayo para acceder al mercado nipón, abre las puertas para un futuro no muy lejano a las carnes del resto de la Argentina.

Japón es uno de los principales importadores de carnes, con productos de precios medios y altos. Y la carne argentina goza de un prestigio muy alto que resulta contraintuitivo, ya que jamás ingresó un kilo del producto.

Además, las operaciones a pequeña escala podrían empezar rápidamente, pese a que la hacienda en la Patagonia es 20-30% más cara que en el resto del país, porque sigue ofreciendo un costo competitivo en relación a los principales proveedores del mercado del Sol Naciente.

De China

En cuanto a China, también resulta un paso muy positivo, aunque aún no se conoce el texto definitivo del protocolo sanitario que despertó cierta polvareda hace algunas semanas cuando se difundió una versión avanzada.

El mercado chino para ciertos cortes con hueso, como garrones, asados y bifes es muy atractivo. Por otro lado, el de carne enfriada ofrece una potencialidad enorme pero dependerá del desarrollo que puedan hacer las empresas argentinas con sus contrapartes chinas, que esto no quede sólo en el papel.

Con China quedan dos asignaturas pendientes de gran importancia para que las carnes argentinas puedan desplegar el mejor aprovechamiento del mercado.

Por un lado, el tema del procedimiento para habilitar nuevas plantas. Hasta ahora, el mecanismo es demasiado lento y hay una larga lista de aspirantes, con muy buenas condiciones de infraestructura y de prácticas en algunos casos, que están en una posición competitiva muy desventajosa al quedar excluídos de un mercado que compra la mitad de las exportaciones del país. Por otro lado, el demorado ingreso de las menudencias en una plaza que las paga muy bien y que engrosaría el crédito de los subproductos, con mejora de ingresos para toda la cadena.

Para tener en cuenta

Ambos acuerdos, firmados en la misma semana y próximos a entrar en vigencia, van en la dirección acertada: el acceso sanitario de todos los productos cárnicos a todos los mercados. La próxima vuelta de tuerca deben ser los acuerdos comerciales que permitan que los mismos ingresen en condiciones arancelarias que no constituyan mella frente a los demás competidores que ya tienen ventajas. Sortear este desafío será un gran impulso para el desarrollo de la ganadería y de la industria de carnes.

FUENTE: Miguel Gorelik - Valor Carne