Lunes, 22 Junio 2015

EDITORIAL FIFRA

EDITORIAL FIFRA

Las presunciones de hace algún tiempo se confirman con los últimos datos de faena del mes de Mayo. La Ganadería es una alternativa importante ante una agricultura con números en negativo para la mayoría de los cultivos, excepto la soja y en campos propios.


Indudablemente que la alternativa ganadera lo es, según todos los especialistas, para la ganadería eficiente; la cual, a nuestro criterio, es la única forma posible de hacer ganadería. Aquel productor ganadero que pretenda producir sin aplicar tecnología, manejo adecuado de su rodeo, contar con el asesoramiento profesional en sanidad y nutrición y lograr índices de marcación superiores al 80%, estará en graves problemas cuando pase esta temporada de buenos precios.

Estas buenas noticias para la ganadería, con una faena de hembras inferior al 43% en el mes de Mayo, lo que indica a las claras retención, coloca en problemas a la industria frigorífica, siguiendo el ciclo histórico del sector. Cuando es negocio para un eslabón no lo es para el otro. Esto es: cuando hay rentabilidad en el sector productivo ganadero con la cría, recría o engorde, no la hay en la industria. Y viceversa.

Hoy, la industria se encuentra entre dos frentes muy difíciles de sortear; por un lado, la firmeza de la oferta ganadera: sólo se obtiene el ganado que se paga bien; y en el otro extremo, el consumidor que tiene una importante pérdida del poder adquisitivo producto de la inflación y cuenta también con la alternativa de sustitutos más económicos, como el pollo o el cerdo. Recordemos que en la actualidad con el valor de un kilogramo de asado, se adquieren hasta casi 3,5 kg de pollo.

Ante esta situación de “prensa” por efecto del precio de venta del insumo (ganado) y precio de venta del producto (carnicería), con costos internos crecientes en el orden del 30% anual y valores de recupero por subproductos decrecientes (el cuero está a valores del año 2013), la única alternativa para la industria es la reducción de costos y achicarse para sobrevivir.

Lo peor de la situación será soportado por la industria frigorífica mediana, (de capitales nacionales y con presencia regional), que es la que está auditada por Senasa e inscripta y bajo el radar de AFIP, Magyp, Rentas provinciales, Ministerio de Trabajo, Ambiente y todo Organismo Público de las tres esferas de Gobierno, que sólo exprime a los Contribuyentes que conoce.

El mercado doméstico, que ha sido históricamente el motor de la industria frigorífica Argentina, se asienta sobre pies de barro y no tiene posibilidades de expansión; excepto que se inicie nuevamente un período de liquidación ganadera, situación ésta que no vemos previsible en al menos el segundo semestre del año, y muy difícil en el 2016.

En este contexto, la exportación, que se ve perjudicada por la existencia de retenciones, sistema de Roes y la pérdida de competitividad con nuestros competidores en el mundo, debería ser la alternativa de colocación de excedentes.

Los problemas estructurales del Sector: exiguas existencias y campos aptos para exportar (es decir, habilitados como aptos para exportación);  y la deficiente capacidad industrial para lograr una integración (consumo/exportación) son los temas a resolver para plantear un futuro para la Cadena.

A modo de trivia y para ejemplificar las cuestiones domésticas que debemos resolver, nos preguntamos: Todo el esfuerzo y costo que significa tener una barrera sanitaria con Patagonia, y que ésta sea una región reconocida como libre de aftosa sin vacunación … ¿Qué réditos obtiene la Región y el País? … Por el momento, lo único claro es que el asado en esa Región se vende a $ 200 el kg., y se gastan más de 150 millones de pesos anuales en salarios para mantener la barrera sanitaria, y que el asado que se produce en el resto del país allí no se pueda vender.

FUENTE: FIFRA

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