Jueves, 26 Marzo 2020

“En mayo se podría ver más uniformidad en la demanda de China”

“En mayo se podría ver más uniformidad en la demanda de China”

El presidente de Frigorífico Gorina de Argentina Carlos Riusech confirmó que en China el problema de fondo “sigue siendo la fiebre porcina y la faltante de carne” , y por ahora “esos fundamentos continúan” y por tanto el país asiático “necesita comprar”.

 

– Teniendo en cuenta el mercado mundial de carnes, ¿cómo describe el momento que vive la industria frigorífica en Argentina?

– Estamos dentro de un escenario global. Para la industria tampoco es un escenario nuevo, sino que forma parte de una situación que se fue agravando paulatinamente y de forma acelerada. Para la industria frigorífica y los productores de alimentos comenzó en noviembre, cuando el gobierno de China determinó una serie de medidas, entre ellas restringir el crédito a los importadores de alimentos, que provocó el desplome de los precios. A partir de ahí se fue profundizado por el Coronavirus. Si bien hoy hay un incipiente comenzar en China, el problema está golpeando de lleno en Europa y seguimos sufriendo las consecuencias. Ya son varios meses que sufrimos el mercado.

– A pesar de las dificultades, ¿hoy se visualiza un reinicio en las compras de carne vacuna de China?

– Si, en China el problema de fondo sigue siendo el mismo y se debe a la faltante de carne por la fiebre porcina africana, esos fundamentos continúan. China necesita el producto y se está reactivando de forma paulatina, además de ser más programada y profesional de lo que fue el segundo semestre del año pasado.

– ¿Cómo se posicionan los precios, son superiores o inferiores al inicio de la fiebre porcina en mayo del 2019?

– Para algunos productos son inferiores a la feria de SIAL en mayo, pero son mayores a los de Rusia. Lo que puedo asegurar es que hoy son convenientes para un mantenimiento del trabajo industrial.

– Contemplando lo que sucedió en China y cuál es su actualidad, ¿cómo proyecta el mercado?

– Los clientes nos comentan que ven un progreso paulatino de la enfermedad (Coronavirus) y un ascenso de la actividad económica. Desde la industria frigorífica esperamos ese crecimiento, y al mismo tiempo un aumento en los volúmenes importados de carne vacuna. Calculo que la mejora se podrá observar, primero, en volúmenes y, después, en precios.

– ¿Eso podría suceder en el segundo semestre del año o ocurriría antes?

– Está todo muy complejo, hay muchas realidades interconectadas. Pero soy optimista, y quizás en mayo podamos ver más uniformidad y homogeneidad en el trabajo con China.

– ¿Cómo analiza lo que está sucediendo en la Unión Europea?

– Hoy el foco de problema está en Europa, desde el punto de vista sanitario como comercial. Es el momento más álgido, hemos recibido cancelaciones de toda la mercadería que está en el agua, y la verdad que estamos empezando a buscar soluciones con los importadores europeos. La carne que exportamos, que se comercializa en hoteles y restaurantes, es la más sufrida porque cayó el consumo en esas actividades. Si bien existe un efecto acopio, desde Europa argumentan que los problemas son grandes y necesitan poner un freno para ver cómo queda parada cada empresa.

– Dentro de la hotelería y los restaurantes, ¿qué tipo de productos es el más afectado, carne Hilton o Cuota 481?

– Si bien hay un diferencial tarifario entre uno y otros, y también productivo, dado que una implica una producción de pasturas, se está viendo afectado el mismo canal, todos los cortes que se envían están experimentado dificultades.

– En relación a su análisis de China y la realidad que se vive en Europa, ¿qué prevé para el mercado internacional de la carne en 2020?

– Está muy sujeto a lo que suceda con el Coronavirus, si el mundo se aísla o en qué situación se encuentra. Queda claro que nos dedicamos a trabajar con un producto muy noble y necesario para el consumo, por lo que somos optimistas que lo vamos a comercializar lo más rápido posible. Pero estamos frente a un problema que tiene muchos frentes relacionados, hasta la vida misma está en cuestionamiento y debemos ser un poco cautelosos en ese sentido.

– El año pasado Argentina exportó un volumen récord de carne vacuna, ¿cómo ha la performance de los primeros tres meses del año?

– Las exportaciones de carne vacuna de Argentina durante el año pasaron fueron de menor a mayor, y se terminaron exportando 840 mil toneladas. Pero si se compara enero de 2020 con diciembre del 2019, los envíos de carne sufrieron un descenso del 35%. Y en febrero, sobre enero, se redujo un 30%. El trimestre no va a ser bueno, pero somos optimistas. Los datos de la vacunación van a arrojar una producción de terneros similar al año pasado, lo que marca que estamos bien parados. El sector productivo siempre responde bien, no tengo dudas que a lo largo del año vamos a recuperar lo que se pierde ahora.

– ¿Cómo está el ánimo del ganadero?

– El productor tenía una expectativa superior con el resultado del año pasado, se siente frustrado porque cree que no participó del todo en la rentabilidad de las industrias del 2019. Pero no hay que olvidar que la situación de los frigoríficos era terrible: había mucho endeudamiento. Hoy el criador está en un momento bueno, porque China puso un precio sostén a la vaca y se reforzó la cría. El ganadero va a seguir produciendo, no veremos mermas.

– ¿La industria argentina pudo salir de la complicada situación económica?

– La industria está mejor. El 2019 tuvo etapas muy marcadas: hasta abril se trabajó con cierto margen, en abril y mayo China salió al mundo a sustituir la carne porcina y se produjo una aceleración en la demanda y en los precios. Pero ese buen momento duró hasta octubre. Por tanto podemos decir que hubo un semestre brillante para las exportaciones de carne vacuna, un trimestre normal, que fue el primero; y uno malo, que fue el último.

– Pero el ritmo del mercado permitió a las industrias eliminar la deuda…

– La industria frigorífica, en su mayoría, pudo salir en buena medida de las deudas. Además el momento favoreció a hacer inversiones incipientes y necesarias.

FUENTE: El País

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