Sábado, 09 Febrero 2019

“China es nuestra gran oportunidad para vender carne de calidad”

“China es nuestra gran oportunidad para vender carne de calidad”

Agustín Dranovsky, CEO de Grupo Bermejo habló sobre la posibilidad que tiene la Argentina de vender carne al gigante asiático y lo comparó con el crecimiento de la soja; la clave, cortes de calidad y mayor valor

 

En una primera impresión, aquella que nace cargada de prejuicios, su juventud sorprende y confunde, hasta que comienza a hablar. Licenciado en Comercio Exterior, tiene un máster en Agronegocios y un posgrado en Dirección de Empresas Forestales.

En 2012, y con tan solo 33 años, Agustín Dranovsky se convirtió en CEO de una de las empresas agropecuarias más importantes del país: el Grupo Bermejo, que desarrolla actividades como ganadería, agricultura, forestación, apicultura y vitivinicultura.

Hoy, con 40 años, lidera el grupo. En una entrevista con LA NACION, el ejecutivo dice que el futuro de la ganadería está en la demanda china de carne, un mercado que crece cada año y donde, sostiene, el campo argentino debe insertar productos de calidad como el novillo, con cortes de mayor valor.

El Grupo Bermejo cuenta con un campo de recría en Olavarría y un feedlot con capacidad para 10.000 cabezas en Herrera Vegas, entre Bolívar y Pehuajó, donde engordan animales propios y de terceros, y también realizan agricultura.

¿Cuál es hoy la producción del feedlot?

Tenemos unas 9000 cabezas. A través de los años siempre intentamos mantener la ocupación; lo que varía es la cantidad de hacienda propia y de terceros. Hoy es un 50% y 50%, pero siempre estuvo en producción.

¿Cómo sortearon los problemas climáticos y financieros del año pasado?

Durante 2018 se invirtieron las curvas. La relación novillo-maíz cayó mucho: con un kilo de novillo no te alcanzaba para pagar la cantidad de maíz que necesitabas para producir un kilo de carne. Por otro lado, la recesión en el mercado interno no permitía ajustar los precios. Hubo más oferta que demanda, sobre todo a partir de marzo con la sequía. Pero lo más preocupante fue la falta de financiación, porque después de la devaluación, entre abril y septiembre, las tasas en pesos se fueron a las nubes y financiar en dólares un negocio que es en pesos es muy complicado. El 2018 pulverizó toda la rentabilidad que habíamos obtenido durante el ejercicio 2016/2017.

¿Qué perspectivas tienen para este año?

Mejores. Bajó el tipo de cambio y está subiendo el precio del novillo, pero todavía no logramos una rentabilidad acorde. Si se mira con respecto a la relación de precios ternero-novillo, es un año para entrar en el negocio; hacía mucho tiempo que no podías comprar un ternero a menos de 300 dólares. Pero hay un desbalance cuando mirás cuánto te cuesta hacer un kilo de carne en el feedlot y a cuánto finalmente vendés el novillo. Pese a eso, aparenta ser un buen momento para posicionarse en el negocio.

¿Pensaron adquirir un frigorífico?

No. Son temas ya conversados en el directorio de la empresa, y la estrategia del grupo, por ahora, no va en esa dirección. Nos sentimos cómodos en la producción y trabajando juntos con la industria. Sí producimos para cuota Hilton y la cuota 481, hacemos “fazón” en un frigorífico y exportamos. Pasar a tener activos fijos no es nuestro foco y si tenemos que elegir en dónde canalizar las inversiones nos sentimos más cómodos en la producción. Sí nos gustaría desarrollar una marca propia para que el consumidor vea cómo producimos.

¿Cuál es la estrategia para mantener la rentabilidad ante los vaivenes de la coyuntura?

Tratamos de no pegar volantazos fuertes. Siempre intentamos mantener el feedlot como una unidad rentable. Optimizamos nuestra producción combinando la ganadería con la agricultura siempre con una visión a largo plazo, con convenios con frigoríficos y supermercados. Tenemos clientes con quienes trabajamos no solo desde el feedlot, sino antes con una producción conjunta, comprando terneros de 180/200 kilos y haciendo una recría hasta los 300/320 kilos. Hoy, aproximadamente, más del 95% de lo que se termina en el feedlot sale para la cuota 481: se exporta a la Unión Europea.

¿Cuáles son las perspectivas de la ganadería argentina?

Vengo siguiendo mucho la demanda china de carne. En 2010 China importó 40.000 toneladas; en 2018 ese mismo número rondaría los 1,2 millones. Con la soja pasó lo mismo: en 1991 importaron 800.000 toneladas y ahora están arriba de los 90 millones de toneladas: en ambos casos, soja y carne, la curva de crecimiento es casi una vertical.

La Argentina tiene una posibilidad enorme y creo que el productor tiene que trabajar de cara a eso. Actualmente vendemos principalmente carne de vaca, pero tenemos que posicionar una marca y un producto de calidad más orientado al novillo que se pague más. Hay que trabajar en conjunto con la industria y las entidades rurales porque lo que hay que mostrar no es solo el producto que sale del frigorífico, sino toda la cadena: cómo se produce la carne argentina y su calidad.

FUENTE: La Nación

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