Viernes, 30 Noviembre 2018

Las dos caras del mismo bife: la cadena pide transparencia

Las dos caras del mismo bife: la cadena pide transparencia

Mientras la carne gana mercados y llega a Estados Unidos, a nivel interno la cadena sigue reclamando transparencia.

 

Algunos manuales culinarios sostienen que la mejor manera de cocinar un bife a la parrilla es vuelta y vuelta; lo que los franceses denominan bleu.

El negocio de la carne hoy en Argentina se parece a esas dos caras, una referenciada por el comercio exterior y la otra por el mercado interno. Y ambas exhiben hoy diferentes puntos de cocción.

Esta semana, y luego de 17 años de negociación, Estados Unidos autorizó el ingreso de carne argentina a su mercado. Serán 20 mil toneladas sin arancel, de las cuales 80 por ciento sería para manufactura y el resto cortes premium. Se trata de un nuevo destino comercial que podría aportar más de 100 millones de dólares por año.

Más allá del beneficio que significa la incorporación de nuevos clientes, el momento actual no es el mejor para los precios internacionales. El mayor protagonismo que tiene la carne argentina en el mundo, con un crecimiento en lo que va del año de casi 60 por ciento, se da en un contexto de precios internacionales retraídos.

Los valores actuales están entre cinco y 15 por ciento por debajo de los registrados un año atrás, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina. Esta coyuntura es la que impide, al menos por ahora, una mejora en el precio de la hacienda que recibe el productor.

Las expectativas, no obstante, están puestas en que de la mano de una mayor demanda los precios recuperen sus magnitudes históricas. Por ahora, retenciones a las exportaciones y rebaja en los reintegros reducen la competitividad de los cortes argentinos.

El otro lado

El mercado doméstico, que todavía absorbe casi 80 por ciento de la carne que se produce en el país, es la otra cara del bife que también requiere de atención para que no se pase de punto.

La transparencia a lo largo de toda la cadena es el objetivo por el que están trabajando el Gobierno y los eslabones que la integran. Aunque, para algunos de sus integrantes, los medios utilizados no son los adecuados.

La puesta en vigencia del Remito Electrónico Cárnico (REC), como único documento válido para el traslado en automotor de los subproductos de la faena, ha generado diferencias. Desde la industria frigorífica, se asegura que la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) no está con la "capacidad informática" para cruzar la información impositiva y la que generaran los frigoríficos.

La segunda objeción que realizan es operativa, y tiene que ver con salida de los camiones. Aducen que el remito está basado en la carta de porte, un documento que tiene un solo propietario y un solo destino, mientras que los transportes que llevan la carne desde las plantas de faena tienen varios remitos porque son múltiples los titulares de la faena -matarifes y abastecedores- y varios los destinos: las carnicerías. "Hay que esperar que cada uno de los titulares de la faena habilite el traslado para poder mover el camión y eso complica la logística", advierten desde la industria.

Y la tercera observación al REC es de índole impositiva y tiene el foco sobre el carnicero. La mayoría de estas bocas minoristas trabaja como monotributista, y con el sinceramiento de los montos de facturación a través del REC quedarían excedidos.

Tampoco convence al carnicero el régimen de responsable inscripto, en el que las tasas municipales y las dispersiones de alícuotas a los Ingresos Brutos complican su existencia a lo largo del país.

Un esquema simplificado para estos comercios minorista podría ser una alternativa. El próximo 18 de diciembre, cuando la Mesa de Ganados y Carnes vuelva a reunirse con el Presidente, podría haber novedades al respecto.

FUENTE: Agrovoz

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